El funcionamiento de la energía geotérmica es muy sencillo. A través de la instalación de intercambiadores geotérmicos bajo la tierra y con una utilización de una bomba de calor previamente instalada en el edificio, el calor extraído de la tierra se transmite al inmueble y la casa puede calentarse. En verano, los intercambiadores ceden el calor de la vivienda al terreno y el inmueble se enfría.


Los usos de la geotermia

La utilización del calor del subsuelo mediante un circuito cerrado hace posible la puesta en marcha de un sistema eficaz de calefacción y refrigeración mediante la extracción de una energía limpia y muy económica. Pero los usos de la energía geotérmica no se restringen a la climatización de viviendas, ya que la geotermia también puede combinarse con sistemas de ventilación controlada y para el abastecimiento de agua caliente (tanto en inmuebles particulares como agua caliente sanitaria). En grandes escalas, la energía geotérmica puede ser empleada como una potente fuente en la producción de energía para la industria o para el acondicionamiento de espacios al aire libre como el calentamiento de campos de fútbol o para la eliminación de nieve en puentes, andenes, etc.


Energía geotérmica: ventajas y desventajas

Una de las principales ventajas de la utilización de la energía geotérmica está asociada con el ahorro energético, ya que la instalación de un sistema de climatización con este tipo de energía puede significar hasta un 75% menos en las facturas, en comparación - por ejemplo - con los sistemas de calefacción por gas natural.


Además del ahorro en el consumo energético, la utilización de la energía geotérmica también es ventajosa para el medio ambiente, puesto que ayuda a reducir considerablemente las emisiones globales de CO2 a la atmósfera. Asimismo, su vida útil es de entre 25 y 50 años, pudiendo ser utilizado un único sistema para calefacción y refrigeración. Con este sistema, el riesgo de legionelosis también desaparece, al no existir torres de condensación.


La principal 'desventaja' de los sistemas de aprovechamiento y utilización de la energía geotérmica está relacionada con sus costes. Sin embargo, varios estudios y comparaciones han demostrado que la inversión en este tipo de sistema se amortiza en menos tiempo de lo que generalmente se cree. De hecho, la partida inicial necesaria para la instalación de una calefacción geotérmica se amortiza entre 5 y 10 años, en un período mínimo de uso de 20 años.


En el caso de un sistema de calefacción a gas, por ejemplo, el período de amortización en las mismas condiciones de uso es de entre 8 y 13 años

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